viernes, 29 de abril de 2016

Rincones

Una mamina se parece mucho a un roble, se arruga, a veces hasta parece secarse, pero a lo largo del tiempo van naciendo a su alrededor, como espejitos suyos, nuevos retoños que la rejuvenecen. Es cuestión de mirarlos a ellos. No me mires a mi. Toma un espejo ¿Te das cuenta? En las chispitas de tus ojos estaré siempre joven y amándote como cuando te tomé entre mis brazos y eras así de poquitito y aunque te dije tantas cosas lindas, sólo supiste contestarme ¡Buaaaa! (en aquel entonces… ¡Ni soñaba que un día ella me convertiría en bisabuela!) No hay duda: “El tiempo descubre la verdad”

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